UNIDAD DE CONSUMO


   La familia es considerada la unidad de consumo, base de la demanda de bienes y servicios en el mercado.
    Las funciones de las familias consisten en consumir bienes y servicios y en ofrecer sus recursos (trabajo y capital) a las empresas. Suponemos que las familias pretenden maximizar la satisfacción que obtienen en el consumo, y esto lo hacen limitadas por el presupuesto de que disponen.
    Los ingresos de las familias pueden tener dos destinos: el consumo y el ahorro. El consumo consiste en la adquisición de bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades. La parte del ingreso que no se consume, es destinado al ahorro.
Decisiones del consumidor:
   Al realizar el consumo, las familias se encuentran ante dos problemas:
  • los bienes a adquirir son escasos (en términos económicos)
  • el ingreso es limitado.
    Por lo tanto, debe adecuar la adquisición de bienes y servicios a las posibilidades que le brinda su ingreso. Ante esto, el consumidor debe tomar una decisión acerca de las necesidades por satisfacer y los bienes a utilizar para tal efecto.
    Al tomar esta decisión establece un orden de prioridades en el consumo que realizará.
    Las decisiones del consumidor están relacionadas con los siguientes factores:
  • ingresos del consumidor
  • precio de los bienes
  • grado de utilidad de esos bienes en la satisfacción de las necesidades.
  • estructura de las necesidades
    Teniendo en cuenta estos factores, el consumidor calcula las distintas combinaciones de los bienes a adquirir, buscando la mayor satisfacción de sus necesidades.
Plan económico de la unidad de consumo:
   Es el conjunto de decisiones  que un individuo toma acerca de la cantidad y calidad de bienes y servicios que adquirirá con un monto determinado de dinero en un período concreto.
    El poder adquisitivo de la unidad de consumo está determinado por:
  • El ingreso esperado (retribución que percibe como factor de la  producción).
  • Existencias de dinero + ventas de activos.
  • Créditos (préstamos para consumo, que constituyen un incremento de la capacidad de compra presente, pero que constituirán una restricción para el poder adquisitivo futuro).
Situaciones que pueden plantearse:
Consumo planeado menor que el ingreso (ahorro positivo)
c < Y
s > 0
Consumo planeado igual al ingreso (no hay ahorro)
c = Y
s = 0
Consumo planeado mayor que el ingreso (ahorro negativo o desahorro)
c > Y
s < 0
    Donde:
s = ahorro
c = consumo
Y = ingreso
    Si el plan de consumo es prioridad para el individuo, entonces el plan de ahorro es "residual". Para otras personas, el plan de ahorro es lo primordial, en este caso el plan de consumo es residual.
Las curvas de indiferencia:
   Es posible  establecer para cada individuo una función geométrica que, para un nivel de consumo determinado, una todos los puntos que representen combinaciones de cantidades de dos bienes que le brindan igual satisfacción. Esta función geométrica se denomina "curva de indiferencia" porque, dado un cierto nivel de consumo, al individuo le resulta indiferente ubicarse en cualquiera de los puntos.
    Cuanto más alejado esté el punto del origen, mayor será el grado de utilidad que la combinación de cantidades brinda al individuo.
    Dado que hay infinidad de niveles de consumo posibles, existen infinidad de curvas de indiferencia que los representen. El ascenso a un nivel de consumo superior, es decir, a una curva de indiferencia más alejada del origen, depende del incremento de su poder adquisitivo y/o de su actitud respecto de cómo repartirá su ingreso entre consumo y ahorro.
    La infinidad de curvas de indiferencia integran el "mapa de indiferencia" del consumidor.
Propiedades de las curvas de indiferencia:
  • Cada curva de indiferencia une los puntos de igual utilidad para el sujeto.
  • Cada una de las curvas de indiferencia representa un nivel de consumo distinto, con diferentes grados de utilidad y satisfacción.
Reglas:
  • Son convexas hacia los  ejes.
  • No pueden cortarse entre sí.
    El carácter de convexidad al origen indica condición de función decreciente, que se basa en las leyes de utilidad decreciente y tasa marginal de sustitución.
Utilidad decreciente:
   La utilidad que un individuo le atribuye a las sucesivas unidades iguales de un bien disminuye a media que aumenta la cantidad de unidades en su provisión.
Tasa marginal de sustitución:

   Es la relación de cambio de dos bienes. Es decir, cuánto de un bien se está dispuesto a sacrificar para obtener otro. En la medida que vaya disminuyendo la provisión del primero de los bienes y aumentando la del segundo, el sujeto se inclinará a entregar cada vez menos unidades del primero para obtener unidades adicionales del segundo. O sea, la tasa marginal de sustitución también es decreciente.

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